EL GUAYABO - LA RESACA.

Todos sufrimos de este mal infernal cuando bebemos excesivamente alcohol.

Algunos empiezan tardíos, pero después de los 20 años, empiezan la mayoría de los casos.

Hemos tenido resacas tenebrosas, con tembladera, taquicardia, vomipopi, mareo, dolor de cabeza, y un sin fin de síntomas.

Esto se debe al excesivo consumo de alcohol en nuestro organismo, el hígado se sobre carga y BUM hay deshidratación, pero todo esto ya lo sabemos, no es nada nuevo.

He probado de todo para la resaca, y esto es lo que mejor me ha funcionado:

Kit para la borrachera:

Tratar de tomar un protector estomacal 20 minutos antes de empezar a beber.

Tomar mucha agua mientras se está bebiendo.

Al llegar a casa, tomarse un BonFiest o ibuprofeno antes de dormir.

En dado caso que le cueste seguir estas recomendaciones tenga preparado para el otro día lo siguiente:

BonFiest

Pedialyte o algo que lo hidrate

Ibuprofeno, ádvil, acetaminofen (paracetamol), dolex.

Caldito o comida suave

Dormir

Esto lo aplicamos 1 vez cada 10 borracheras, es rara la vez que seguimos todo el procedimiento y ritual anti resaca.

Recuerdo los años dorados cuando era inmortal, podía tener una borrachera del siglo y al otro día me levantaba como si nada, sin dolor alguno, sin síntomas y hasta sin trasnocho.

Hoy en día cada vez que alguien me dice: 'a mi nunca me da resaca' siento bastante envidia, y le hago el reclamo a mi cuerpo del por qué deja que le de resaca.

Las resacas se dividen en varias etapas en la vida, por ahora solo les puedo contar hasta los 30 años por experiencia personal y por lo que que veo al rededor.

Hasta los 21 años se suele tener pila y aguante como nadie, la flor de la juventud, las ganas de vivir y beber. Es divertido sentir resaca y creerse grande y jóven.

Aunque uno está ilíquido monetariamente, toma el trago más barato, en mi época probé de todo. Con los años uno va subiendo de categoría en los tragos y va probando, a los 21 y 22 tomaba solo vodka (era porque vivía en otro país) sino, guaro/aguardiente todo el que quiera.

A los 22 hasta los 24 aparece la real RESACA, donde se apoderan todos los síntomas, pero cuesta comprender que uno se está deteriorando y nos repetimos: 'okay, de pronto fue lo que tomé o lo que mezclé'.

Apunta de borracheras uno se va conociendo, hasta qué punto tomar, qué tipo de borracho es y qué trago le hace bien, es agradecido y cuál le cruza los cables o le baja la tensión.

Esta es la peor etapa porque solo a punta de resaca se aprende.

De los 24 a los 26 uno ya se da cuenta que el cuerpo no responde como antes, ya el resaca no dura un solo día, sino hasta dos y tres días.

Ya uno aparta días de descanso y piensa dos veces si se va a pegar una gran borrachera o solo unos tragos moderados, porque así sean solo unos traguitos, va amanecer con resaca.

Ya se tiene experiencia en las resacas, ya sabemos cómo se cuidan, ya hay botiquín obligado en la casa, se trata de dormir hasta donde podamos, y no sé por qué pasa, pero uno no puede dormir más de las 9 am; ya estar acostado todo el día, no es una opción porque ya no hay tiempo de esto.

En esta edad los tragos suben de categoría, pero uno ya lo piensa dos veces, ya son planes de cocktails, pero no cualquier cocktail, prohibidos los que uno iba a morir y eran muy dulces, impensable como una Cabeza de Jabalí, y ni hablar de una Guaya, eso es para guerreros o gente joven que aguanta esa cantidad de azúcar.

Ya uno pasa a ginebras, ya sea un Martini o Gin Tonic, unos tintos de veranos, unas mimosas, unos vinitos y por nada del mundo uno mezcla. Si llegamos a mezclar ya sabemos qué pasará, aparte de irnos a Narnia, la resaca será tenebrosa.

De los 27-30 cada vez se piensa más en tomarse sus tragos, ya solo nos emborrachamos en situaciones especiales, ya no es plan de cada fin de semana. Un par de tragos es suficiente para una charla con una amiga y adelanto de cuaderno.

Ya a esta edad las borracheras suelen ser por situaciones especiales, por algún encuentro entre amigas, un cumpleaños obligado y nos organizamos para poder ser adolescentes otra vez.

La etapa de los matrimonios… sí, esto comienza a esta edad más o menos, y es ley:

en un matrimonio hay borrachera segura.

Pero antes del matrimonio no olvidemos las famosas despedidas de solteras. Es todo un ritual que uno guarda hígado y se prepara psicológicamente, es casi unos nuevos quinces.

Ya uno no aguanta como antes, tantos días de fiesta, solo y con esfuerzo una noche o si se toma durante el día, a media noche se ha acabado la fiesta.

Es curioso porque uno ya aguanta más, uno ya sabe tomar, sabe hasta qué punto llegar y la idea no es volverse un trapo, sino disfrutar y quedar feliz el resto de la “reunión”.

No sé que pasa después de los 30 pero lo que he visto, es que hay muchos que dejan de tomar, se toman su par de whiskeys, algún vino o hay otros que siguen bebiendo como sabañones.

Eso si, la resaca los ataca si o sí.

De esto habrá un post en algunos años cuando llegue a los miedosos 30.